jueves, noviembre 24, 2005

MALA ESPINA 2

Esta mañana he vuelto a enfundarme el disfraz de consultor. Cada vez me lo pongo más a menudo, pero sigo sin sentirlo como algo que forma parte de mi. Espero no conseguirlo nunca. Acabo de ponerme estos zapatos de madera y ya pienso en volver a mis botas de piel de serpiente.

He tenido un par de reuniones, y en un momento de descanso me he dado cuenta de hasta que punto importa la apariencia. Nos movemos sobre el escenario de un teatro vacío, en el cual unos actores mediocres intentan convencer a los demás de sus vulgares interpretaciones. Se trata más de cubrirse que de atacar, no vaya a ser que un movimiento valiente descubra los remiendos y parches que escondemos.

La apariencia, decía. La reunión de hoy era en una empresa que entiende esto de la apariencia. Tarjetas de visitas, página web cuidada. Cuando hemos llegado allí solo había un chalet, sin más. Me ha abierto la puerta una señorita con cofia. Y he tenido que preguntar si estaba en el sitio adecuado. Me he reunido con uno de los directores en la cocina. Entre la nevera y el horno, cerca de la cafetera y las sartenes. Si por lo menos nos hubieran servido un aperitivo.

Por si alguien todavía no lo sabe, ser director es lo mínimo que se despacha hoy en día. Ser director es exactamente igual a nada. La prueba definitiva de que tengo razón es que hasta yo soy director, aunque todavía no me han explicado muy bien de qué. A lo mejor me compro un regimiento de soldaditos de plomo, los pongo todos en fila en el salón de mi casa y me paso la tarde dándoles órdenes. Solo para encontrarle una utilidad a mi puesto de trabajo.

Pero volvamos a lo importante. En una de estas reuniones me he topado con un muro. Como si me hubieran estrellado una paellera de latón en la cara. Sin previo aviso, con la mejor intención. Y no he perdido la sonrisa en ningún momento. Hasta me ha sobrado tiempo para mostrarme educado y comprensivo. He navegado entre mis argumentos y mis palabras como un pez remontando la corriente. Hoy convierto los no más rotundos en puede. Será porque soy Piscis, será porque algún genio del marketing me encasilló en un perfil asiático. O será porque no me importa una mierda.

Hoy he atravesado la cascada sin mojarme. Creo que voy aprendiendo.



Mala espina en la línea 2. 2005 Posted by Picasa

2 comentarios:

vanmar dijo...

Yo no pongo foto de mis zapatos, me da vergüenza, no porque no sean bonitos que lo son, sino porque más de uno se reiría de mí si supiera que me pongo una cárcel aposta, o no. Me hacen daño si los llevo más de dos horas, como casi todo.

McM dijo...

oye, si decides hacer lo de los soldados yo te puedo prestar alguno que tengo en casa o incluso te los puedo pintar y todo :-p

salu2