viernes, noviembre 04, 2005

DELIRIUM TREMENS

The lost Weekend (1945 - Billy Wilder)

Últimamente estoy revisando la filmografía de Wilder, hacía mucho tiempo que no visionaba Días sin huella, considerada por la crítica profesional como una de las mejores dentro del género de "cine negro", no solo por la narración tan realista y bien resuelta, llena de diálogos agudos e inteligentes, ni que decir de la tremenda interpretación de Ray Milland, sino la forma que tiene de tocarte tan de cerca, una llamada a la puerta de nuestros miedos.

Un abismo al que podemos llegar sin previo aviso, la lucha interna contra el delirium tremens que nos acecha en pequeños instantes de nuestras vidas, callejones sin salida que nos sumerge en la desesperación pudiendo perder la brújula en cualquier esquina.

En este caso toca el tema del alcoholismo, como podría ser la droga llevada al cine por primera vez en la magistral el hombre del brazo de oro (en la actualidad recomiendo "réquiem por un sueño"), algo muy latente en nuestra sociedad, pero que al mismo tiempo va más allá del enganche o la dependencia de algo que se escapa de nuestro control, extremos llevados hasta la máxima humillación (cito la ejemplar Leaving Las Vegas), cayendo en un agujero sin fondo por decisión propia a veces, solapando frustraciones por el temor de conocernos y aceptar nuestros éxitos o fracasos, algo tan sencillo como querer abrir los ojos.

Otra gran obra que le seguiría sería Días de vino y rosas de Blake Edwards, que imita una escena emblemática, con la inolvidable interpretación de Jack Lemmon y Lee Remick, imprescindible verla.

Esta resaca me ha dejado huella, como los círculos en la barra del interminable vaso del alcohólico Don Birman. Guardaremos la botella con una frase del gran Billy: "recuerda que eres tan bueno como lo mejor que hayas hecho en tu vida".

Embriaguez de Pura Vida

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