lunes, agosto 22, 2005

LUIS RAMIRO

Qué contaros de Luis y de sus canciones...
Ya he colgado aquí algunas de sus letras, para compartirlas y sobre todo dejarlas brillar con luz propia. El jueves nos regaló todo lo que tenía dentro, soportando con estoicismo y buen rollo una sesión de fotos larga y dura. Desde el primer contacto, y gracias a su sencillez, las cosas salieron rodadas. Nos encontramos alrededor de la fotografía, hablando de Alberto (¿Tú haces retratos, tipo García-Alix o algo parecido?) o redescubriendo a Koudelka y sus exilios. Tras las fotos, aún le quedaron fuerzas para regalarnos algunos temas a la guitarra. Cayeron Flor de invernadero, Humano, Hoy, Anclado, entre otras.

Como un sueño. De verle tocar en locales desde hace meses, rodeado de gente, a emocionarnos con sus canciones en el salón de mi casa. Vane y yo pellizcándonos. Un genio en el corazón.

Epílogo, 1 de la mañana.
Un momento para el desahogo y las confidencias. Con los negativos en la mano, los nervios de ir en busca de la imagen. El certificado de si se ha llegado o no al punto de no retorno, donde la fotografía existe. Esta ha sido una tarde difícil. Para comenzar, un presentimiento tibio. Con el Carles, buscamos la rotundidad de una imagen sobre la mesa de luz. Me siento inseguro, incierto del resultado. Todo son dudas. La sesión ha ido bien, demasiado bien quizá, y no he luchado suficiente. Tenía pocas esperanzas puestas en el primer plano, no estaba seguro de si había conseguido atrapar el destello, que rara vez aparecía. ¿Un espejismo? Obsesionado por las caras, los ojos, el gesto. Unas imágenes destacan, y pasamos un buen rato esculpiendo, desbastando mis errores, usando todos los trucos para frotar la lámpara, a ver si aparece el genio. Pero hoy no vino nadie a vernos. Al final, un pequeño detalle nos pone tras la pista. La línea de una boca puede cambiar un retrato. Ahora, respiro más tranquilo, aunque me atenaza la duda. ¿Cómo lo veré todo mañana, descansado y con una nueva luz? No será la primera vez que nos vamos a la cama encantados con el resultado de una imagen para descubrir a la mañana siguiente un horror en su lugar.

Una cosa me queda clara. Toda fotografía entraña una angustia y un dolor, antes, mientras, o después.

Un abrazo.


Luis Ramiro. 2005 Posted by Picasa

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