DIA TETRIS

Hoy es un día de esos que se tuercen. Empieza bien, se levanta con un horizonte lleno de posibilidades por delante, esbozando una sonrisa que deja entrever un diente de oro. Pero lentamente se desincha, pierde su luz, y el horizonte se estrecha. Como una partida de Tetris en la cual colocamos mal una pieza. Una de esas moradas o amarillas en forma de L, que mal puestas son un auténtico engorro.

El primer contratiempo se encaja con deportividad, a sabiendas que nada es irreversible, que nada está perdido, todavía. Luego todo se complica con sucesivas decepciones. Fichas y fichas apiladas en posiciones erróneas. Detalles que uno a uno no tienen importancia, pero que amontonados a lo largo del mismo día suman una montaña escarpada difícil de bajar. Algo así como cuando llueven cuadrados azules y lo único que necesitas es una ficha naranja. Esa que encajaría de maravilla en el caos que hay a mi alrededor y lo eliminaría de golpe con un rugido ensordecedor. Un combo de 5 líneas, por la cara.

Así es hoy. Un día con un nivel de saturación creciente, al borde del game over.

Pero no pierdo la esperanza, y sigo esperando que en el último segundo aparezca esa ficha roja que barra todas las decepciones y me permita pasar al nivel siguiente.

Tetris