26 DE DICIEMBRE
Hoy es 26 de Diciembre. Aquí en Nueva York ya ha terminado todo. Los regalos han cambiado de mano y las cuberterías de plata ya hibernan hasta el año que viene. A mi me gusta la Navidad, pero siento una cierta tristeza ante la impostura que supone concentrar un año de amor en un regalo, en un único día.
Y también pienso en los árboles de Navidad. Alguien ha bajado de un coche y ha descargado un enorme pino. Se ha limpiado las manos como si nada y ha desaparecido. ¿Qué destino le espera ahora que ha perdido su utilidad? ¿Qué queda tras cargar sus ramas con bolas, angelitos y toda la parafernalia kitsch imaginable? ¿Qué, tras talarlos y exponerlos heridos en las casas? La muerte, claro, y para los más fuertes, el abandono.
Y también pienso en los árboles de Navidad. Alguien ha bajado de un coche y ha descargado un enorme pino. Se ha limpiado las manos como si nada y ha desaparecido. ¿Qué destino le espera ahora que ha perdido su utilidad? ¿Qué queda tras cargar sus ramas con bolas, angelitos y toda la parafernalia kitsch imaginable? ¿Qué, tras talarlos y exponerlos heridos en las casas? La muerte, claro, y para los más fuertes, el abandono.
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2005
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