INTERROGANTES

Ahora sí. Mañana me voy a Nueva York. Una semana que espero llena de encuentros, descubrimientos e imágenes. Reencontrarme con una ciudad que me maravilló. Un plató de cine al natural. Todo sabe a mito, a viejo conocido en Nueva York. Sus adoquines, los semáforos, las grietas en el asfalto, las columnas de humo saliendo de las alcantarillas. Revisitar a Pollock, Rothko, Basquiat, Haring. Les demoiselles d'Avignon, las constelaciones de Miró, la persistencia de la memoria, Sorolla, tantos tesoros escondidos en sus museos. Strawberry fields, Battery Park al atardecer. Las gaviotas volando bajo sobre nuestras cabezas. Las puestas de sol en las calles numeradas. Las sombras afiladas que engullen los viejos monstruos de hierro y hormigón. El Flatiron, el edificio Chrysler, el puente de Brooklyn... Aquel restaurante en el puerto con sus espaguettis a le vongole. El Soho y sus galerías, esos lofts de ensueño. Chez Zoe. Aquellas conversaciones en el metro, en la explanada de un Central Park lluvioso. Aquella chica que leía un libro apoyada en una cabina de teléfono. Y que me regaló su alma con una mirada. Los neoyorkinos que venían a preguntarnos si estábamos perdidos...

Tras el 9/11, ¿cómo estará? ¿qué sentiré al ver el nuevo skyline sin sus torres gemelas? Su gente, que tanto me impactó la primera vez, ¿habrá cambiado? Me voy lleno de interrogantes, pero dispuesto a encontrar las respuestas.

Y nada más. Ya sé que la mala espina seguirá viva con vuestros posts y comentarios. Un abrazo muy fuerte a todos y felices fiestas! Nos vemos a la vuelta.

William Klein, New York, 1955