EL PERFUME

Hacía tiempo que una película no me provocaba diferentes sensaciones a la vez, agitando todos mis sentidos, aunque en esta imperaba por encima de todos el olfativo. Ha sido releer el magnífico libro de Süskind de tal manera que juraría que ya había visualizado antes los personajes.

Puedo equivocarme, o quizás la memoria me falle, pero creo que es la primera vez que alguién logra adaptar una obra tan complicada y que ha sabido captar a la perfección la esencia de la historia.

El perfume de esta exquisita película supera todas las grandes marcas del mercado, una subliminal fragancia que consigue gota a gota empaparnos de la cabeza a los pies sin afixiarnos.

Puedo cerrar los ojos ahora mismo y reconocer uno a uno los olores de cada personaje, de cada escena, de cada nota musical, sigue el aire impregnado por ese dulce elixir.

Tardará en desvanecerse el aroma que nos ha dejado Jean-Baptiste Grenouille. Solo espero que ha nadie se le ocurra más adelante hacer un remake, porque es insuperable.

Esto es cine.