LA GRAN INVASIÓN
El sábado por la mañana regresaba con mi compra del mercadillo, en el portal de mi casa estaban rodando algún corto o spot publicitario, cuando me disponía a subir en el ascensor me "asaltaron" dos desconocidos preguntándome si podía prestarles la puerta de mi casa para una escena de 5 minutos.
Sorprendida y dubitativa, sin entender absolutamente nada, pregunto que para que. Al acto sube mi vecino informándome que tiene una productora, que esta dirigiendo un corto sobre malos tratos para presentarlo en algún certamen, y que la situación de mi habitáculo es la idónea por encontrarse frente al ascensor.
Siguiendo con esta insólita situación, en unos minutos el rellano de mi escalera estaba invadido de focos y cables, además de una cámara, micrófonos y algún que otro cable más que ocupaba mi pequeño estudio, con 5 personas dentro y otros tantas que salían y entraban. Aquello parecía el camarote de los hermanos Marx.
Los cinco minutos se transformaron en una hora con 8 tomas para una escena en que, "el maltratador" sale de mi casa pegando un portazo (mi pobre puerta), y a continuación su mujer se asoma en la misma amenazándole, con un mando a distancia, mientras este se dispone a tomar el ascensor... y yo sin poder preparar mi comida. Cuando todo terminó, desmontaron todos los artilugios y se fueron, por fin sola... suena el timbre y mi vecino me invita a comer con todo el equipo.
Sorprendida y dubitativa, sin entender absolutamente nada, pregunto que para que. Al acto sube mi vecino informándome que tiene una productora, que esta dirigiendo un corto sobre malos tratos para presentarlo en algún certamen, y que la situación de mi habitáculo es la idónea por encontrarse frente al ascensor.
Siguiendo con esta insólita situación, en unos minutos el rellano de mi escalera estaba invadido de focos y cables, además de una cámara, micrófonos y algún que otro cable más que ocupaba mi pequeño estudio, con 5 personas dentro y otros tantas que salían y entraban. Aquello parecía el camarote de los hermanos Marx.
Los cinco minutos se transformaron en una hora con 8 tomas para una escena en que, "el maltratador" sale de mi casa pegando un portazo (mi pobre puerta), y a continuación su mujer se asoma en la misma amenazándole, con un mando a distancia, mientras este se dispone a tomar el ascensor... y yo sin poder preparar mi comida. Cuando todo terminó, desmontaron todos los artilugios y se fueron, por fin sola... suena el timbre y mi vecino me invita a comer con todo el equipo.
Invasión 1999 - Steve Jackson
Ni es moda, ni es démodée, simplemente Pura Vida.
2 comentarios:
Eso es amor por el cine! Y lo demás tonterías... Un abrazo.
u sea, que no usaron efectos especiales para el portazo...:-, pobre puerta.
y como se llama el corto?
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